¡Garantizado!, o no era lo tuyo
Algunas personas, tampoco tantas, me han preguntado cómo se toca la armónica. Cómo toco yo la armónica, sobreentiendo aunque no sea parte de la intención de mis interlocutores, la verdad es que no sé cómo se toca la armónica tampoco.
Desean que les explique que es lo que ocurre ente mi mi aliento y la armónica, lo que es una perogrullada. Es como preguntar “¿cómo besas?” o “¿cómo comes?” No lo sé, debería resultar obvio, simplemente lo hago y ya. No te lo puedo explicar con palabras, y la única manera en que te lo podría explicar no le va a parecer a ninguno de los dos.
Pero también hallo que eso es lo de menos. A los nacidos al final de la Historia nos criaron para darle mucha importancia al bulto; pero el cuerpo no es nada más que un instrumento, igual que la armónica. De hecho es igual que comer o besar, antes de mover los labios y la lengua tienes que tener una cierta disposición del alma y las percepciones.
Estos son los ejercicios.
No tienes el blues
No tienes el blues. Punto ¿Qué quieres que yo haga? Si no lo tienes no lo tienes, y si lo tuvieras no estarías leyendo esto. ¿Mi consejo? Hazte con un empleo miserable, enamórate de una promiscua, ve a la cárcel, busca la salvación, acude a pulcatas/cantinas nefastas y júntate con desesperados. Yo hice cinco de las seis.
El agarre
De hecho, lo que mucha gente no sabe es que el agarre vale madre en la armónica, yo no sé porque los pocos tutoriales que existen empiezan con eso. El mejor armonicista que conocí (además de mi mismo, claro) la tomaba al revés. Agárrala como sandwich si quieres, y agarra la onda.
La hidratación es clave
Sin cotorreo, con la armónica no hay peor enemigo del sonido que una boca seca. Pero también debes controlar el flujo de tus lubricantes naturales: la baba arruina, irónicamente, las lengüetas del instrumento (tú sabías que iba a ser un sexy asco esto, como todo lo que tiene que ver con las fauces).
No tocas mal las rancheras
Si no puedes tocar blues, toca rancheras. O noise rupestre a-la Kaoru Abe. No tienes que tocar como alguien más, o algo cool, necesariamente. Apréndete las mañanitas; tan solo inténtalo, está dentro de ti. La hallarás.
El beso del diablo
No me interesa si lo tuyo es felación o cunnilungus. Sexo oral, un chingo. Tienes que recibirlo.
Finalmente, el secreto supremo, llave maestra para llegar a ser masomenos bueno en la armónica (y cualquier instrumento): simplemente toca y ya, o no estés chingando.
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