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El día que desperté entre duendes (danza)

  • Writer: sucedáneo de difunto
    sucedáneo de difunto
  • Jul 18, 2021
  • 2 min read

Updated: Oct 5, 2021

Luis Biosca.

Autofagia Onírica, soundtrack original por Gallus Mathías.


Primero caminó, como guiado por una pulsión de gran fiesta, fuera de las puertas de su trabajo, dejando al equipo rumbo a casa y dirigiéndose en un colectivo que pasaba en dirección contraria. Un monstruo que, habiendo peleado a arañazos con su mujer una noche antes. No se avispó de la visita sorpresiva de un asaltante, viendo este sus bolsillos repletos de fin de semana, le asestó por la espalda un pedazo, significativo, de cascajo. Una masa de escombro que lo dejo tirado a media carretera.

Al despertarse, sus oídos empezaron a sangrar desde el techo de otro sueño. Comenzó a esquivar los obstáculos del laberinto, llegó a un parque y ejecutó una antigua señal egipcia que significa: ¡Dioses del desierto, escuchádme!

Entró, como guiado por una maquiavélica voz que venía de sus espaldas, en un camino de humo; cuyo cuerpo, cadente de llagas sangrientas, apenas podía continuar por el estrecho pasillo. Terminó por derrotarse, cayendo ligeramente a la derecha y empuñando el boleto de estación que le había comprado la misteriosa vestida de negro. Logró abrir la puerta donde lo esperaban sonriendo una pandilla de amigos vestidos como payasos y unas cuantas mujeres. Lo sentaron personalmente en una silla para barbero y le tusaron el cabello a la última moda, pues había poco tiempo y los altavoces de la estación le comunicaban su partida.

Más no le quería muerto el sueño, le continuaba mostrando la salida: ese laberinto donde hay que hallar una piedra que nos hace mal y lo único que hallamos es un hoyo en la pared, a todas las escalas.

Presintió, como una loba que recibe el mandato de la naturaleza para salvar el clan, la presencia de su víctima entre los árboles que se espumaban en el éter de la orgía. La fecha: luna roja. Se dividió el sueño en dos, una no tan consciente, como si fuera un bulto... ahhhhufm ahhhhufm, y tras el sprint de inmensa voluntad le asestó un golpe a su padre, que resultó él mismo, y dejó escapar a la colegial que de inicio le abismaba.

De pronto atravesó el agua su garganta. No podía creer, tras días de no probar agua, las propiedades analgésicas de esta. Y huyendo su demonio de la humillación indigna de las gentes de la iglesia, se atrevió a robarle al herrero del lugar a la mujer más hermosa en el camino. Con el tiempo por detrás la llamó su amante. Le asestó al automóvil del pretendiente (jetta rojo 80's) un cuántico justo en el cofre. Un gran pedazo de mierda y pan. Corrió por la barda como un loco, y volanteando la llegada de los oscuros al desierto jesuita.


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