Soledad Santana
En realidad, brujería y política son más o menos la misma cosa. Como cada uno de los cuernos de una sola bestia.
Ave
Son hecho harto conocido las celebraciones del soto bohemio (bohemian grove), que toman lugar en una rica arboleda de California todos los veranos. Lo que muchos pueden ignorar es que brujería y política son actividades íntimamente relacionadas, así como esenciales para el sostenimiento de la civilización.
En realidad, brujería y política son más o menos la misma cosa. Como cada uno de los cuernos de una sola bestia. Brujería y política son actividades de poder, y el objetivo de ambas es la acumulación y uso de este. De tal manera, resulta obvio que ambas tengan un vínculo estrecho, aunque en apariencia sean totalmente ajenas. Claro que esto es así porque se quiere.
Así que voy a hacer un recuento corto de algunas de las ocasiones más exitosas en las que las ciencias ocultas fueron básicas para la actividad política. Sobra aclarar que esta es una constante de la historia humana, y se pueden hallar casos en todos los reinos y naciones que han existido.
La muerte de Germánico
Germánico Julio César fue un brillante general romano, cuya ilustre pero breve vida transcurrió alrededor del año cero. Germámico era sucesor natural a la guirnalda de oliva, que para el 14 A.D. reposaba en la cabeza de Tiberio, reconocido tirano. Asesinado por Calígula, su hijo, de un espanto gracias a los artilugios y pases mágicos con los que lo atormentó durante 17 noches (Germánico era gravemente supersticioso). Queda a la especulación histórica aventurar qué hubiera sido del Imperio si Germánico hubiese llegado a Augustus.
Rasputín superestrella
Bueno, este es el ejemplo paradigmático del tema que nos incumbe. Hay quien piensa que Rasputín era un charlatán, lo que no saben es que todo brujo de respeto es un excelente charlatán. En esta condición, las ciencias oculta y política se parecen mucho, es decir: el buen brujo y el buen político deben dominar el arte del embuste y las apariencias. Por esto pues, la obra y muerte de Rasputín es el momento más significativo de las relaciones entre brujería y política en la Historia contemporánea. Y digo “muerte”, no “vida”, porque el momento más importante de la existencia de un brujo es el de su desincorporación con la realidad material, justamente. Parecida a una explosión invisible que se arroja sobre todo el campo de influencia del maestro. Claro que, cuanto más poderosos el brujo, más fuerte la maldición: todos sabemos lo que sucedió después con Rusia.
Santería en Cuba
En cuanto fue nombrado secretario general del PCC, el hoy presidente cubano Díaz-Canel se reunió con representantes del espiritismo isleño, por ahi del 1-casa. La santería y el “sincretismo”, como los camaradas cubanos dicen, son la primera línea de defensa de la Revolución. Cuando Fidel proclamó su discurso triunfal en La Habana, el 8 de enero de 1959, una paloma blanca se posó sobre su hombro: era Obatalá, marcando la figura del comandante como la de un guía sagrado. Desde entonces, tuvo de su lado la fuerza de los Orixás. La persecución de creencias mágicas, cualquier tipo de religión o mística, es un deber del comunismo, claro. Pero las fuerzas que responden al practicante están más allá de eso. Este caso bien ilustra la indiferencia de los poderes místicos por las ideologías humanas: poder es poder, ultimadamente.
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