La regulación, como la van a aprobar, no le sirve a nadie
Continuación de la primera parte, publicada ayer.
A los hechos me remito (2)
Ahora bien, Monreal y hasta el mismo presidente han dejado bien claro que lo que al gobierno le interesa es crear un mercado de la marihuana para fiscalizarlo: “...también se piensa que el mercado, con motivo de la regulación del uso adulto del cannabis o marihuana, puede traer una recaudación importante para el país”, dijo el líder de senadores de morena. Se estima que tal giro de negocio alcanzaría a facturar 5 mil millones de pesos anuales.
Eso dizque es lo segundo más importante; lo primero es reducir la violencia; afirmación que suena muy bonita pero sin proyectar cuál sería ese impacto positivo se trata de puros buenos deseos: hasta donde yo sé, es muy raro que alguien se mate por unos kilos de mariguana. ¿Los consumidores y el libre desarrollo de la personalidad? Bien, gracias. Ya ni me preguntes por los campesinos que la cosechan.
Todo esto basado en el dictamen de la suprema corte de que el gobierno no tiene porqué impedir ni el cultivo ni el consumo. En esto se basa la oposición también para decir que eso no implica, ni la corte ordenó, la creación de un mercado.
¿Cuál es el objetivo de la legalización en un país como México?
En Marcianos leninistas de M.G.S. un personaje dice que “fumar marihuana es un acto revolucionario”, pero lo ideal es más parecido al laissez-faire: dejar hacer, en primer lugar, a los productores. Y en segundo, a los fumadores. Bien me pueden decir “nadie tiene porqué dejar hacer ni a borrachos ni a ningún drogo, incluidos los marihuanos”. Órale, pero ni a unos ni a otros les van a pedir en ningún momento que se registren para nada ni les están contando cuántas “dosis” tienen bajo su propiedad, sean botellas, ampolletas, papeles o bolsitas. Las posibles faltas “bajo la influencia” deben ser cuestión administrativa; también hasta donde sé el único desfiguro de los “mariwas” es acabarse todas las papas y dejar apestando los cuartos. Tampoco suena a algo por lo cual ir al m.p.
En un país como México, más bien productor y con un público consumidor reducido y bien segmentado (fumas prensado o fumas hidro/wax/hash), lo primero que necesitas es enfocarte en que la producción de marihuana sea una opción de cultivo más para los campesinos. Y que puedan ofrecer sus productos en un mercado que les permita beneficiarse de las “colitas” como se benefician de la venta de otros vegetales, supongo que de manera más similar al tabaco o café que frutas y verduras. Para eso necesitas industria, más si no quieres crear un mercado de libre consumo abierto al público. Ahora, mientras ese mercado libre no exista, la oferta ilegal lo va a seguir haciendo y va a seguir como opción para los mismos que siempre se llevan la peor parte de todo: los más pobres. Si la oferta ilegal sigue existiendo, además, los productores continúan jodidos.
Mitos y verdades
Parte del problema es que la bandera de la legalización ha sido estandarte de la “contracultura” tanto tiempo que los mismos fumadores luego no tenemos una visión crítica sobre la materia. Los peores de ellos reciben con vítores y aplausos cualquier reforma criminal publicitada como “legalización”. Son el mismo tipo de weyes por los cuales no la legalizan totalmente en primer lugar: los que quieren ir fumando dedos de gorila en el metro y se acaban todas las putas papas.
Luego, obviamente nadie quiere niños/adolescentes fumando marihuana o tabaco, ni moneando o emborrachándose. Pero también está muy demostrado que esto de las drogas y su misticismo es en buena medida fomentado por la idiota prohibición. Ahí están Portugal y Holanda: uno con los índices más bajos de consumo de estupefacientes en el mundo, el otro libre de junkies. Y eso no es más que simple y cruda naturaleza humana. Es muy interesante el caso de Islandia también, que logró tener la juventud menos viciosa de Europa instaurando opciones deportivas, culturales y técnicas gratuitas para todos los alumnos de educación media.
Eso de los menores que se drogan es culpa de los padres pendejos, que unos están así por los pasones pero la mayoría simplemente así son, y del fracaso de la educación pública: es decir, del gobierno. No de los adultos que se drogan y menos de los que no tenemos hijos: ¿qué que tu morro me vea tronando un gallo en el parque? explícale porqué es dañino, no nada más le hagas el fetiche de lo malo.
Finalmente, ¿quiénes son los fumadores mexicanos? Estoy de acuerdo en que, quizá por pendejos como yo, muchos ya no ven la mota como “vicio de pobres”; sobre todo la demografía más jovial. Yo no soy sociólogo (gracias al diablo), pero estoy casi seguro que los interesados en ir a un pinche coffee shop en la Roma son mucho menos que los que queman en la cancha o esquina con sus compas, y los que preferimos fumar en nuestros aposentos escuchando a Spacemen 3 y viendo caricaturas.
La regulación, como la van a aprobar, no le sirve a nadie.
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