Talasofobia Pt.3

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Noche 4

Un tumulto fuerte me sacó del sopor, estaba entrando en la espiral infinita del remolino del abismo. Cientos de materiales de desconocida procedencia convergían él, por ende impactaban violentamente contra esta mi tumba errante. Mi sorpresa incrementó al ver que, pasadas horas de la precipitación, en el torbellino el viaje se hizo calmo. Me recordó el artículo que leí sobre los agujeros negros y el horizonte de eventos. La dilatación del tiempo por la infinita fuerza de gravedad, con la cualidad de doblar el espacio.

Mi mente dejó de preocuparse por el abismo, porque calculando la diferencia con que se avanzaba me percaté de que probablemente despertaría antes de que pasara algo. Y cuando hablara con el Doctor Tartini podría ayudarme de alguna forma. He estado aquí por mucho tiempo observando la inmensidad del abismo, me embelesa su profunda negrura, así como los sonidos que producen las aguas. Los ruidos cada vez tienen más coherencia, me susurran, me develan los secretos de la inmensidad, ya no me siento sólo. Al pasar horas, días y semanas en esta realidad onírica sin poder despertar, me he hecho a la idea de que debo actuar de cierta forma para salir de esta pesadilla. Mi plan será buscar por los recovecos de la estructura, a ver si logro dar con esa parte inexplorada que vi en mi sueño pasado. No la encuentra, y ha sido una búsqueda exhaustiva. Pude percatarme de la sombra cuadrúpeda de nuevo, me observaba desde una esquina. Ya no sentí el temor, no sé si sea por el predicamento o por estar cansado, pero voy a seguirlo. Me golpeé la cabeza al correr cerca de una columna, pensé que al despertar estaría en el mundo real pero no fue así.

Al abrir los ojos me encontraba en el gran pasillo de nuevo, pese a que quise evitar estar en este lugar no pude eludir volver en mi inconsciencia. Quería llegar aquí pero al mismo tiempo no. Me aterra la inmensidad del pasillo pero es mejor que nada. Descubrí varios escritos en las habitaciones adyacentes del pasillo sobre ritos, deidades, demonios, puertas, llaves, abismos y la influencia de los señores profundos. Mucha información que me entretuvo en mi pesar pero que no me solucionó nada. Lo interesante, o más bien inquietante, fue que me empecé a encontrar escritos con mi letra, con la caligrafía cada vez más frenética entre más avanzaba por las habitaciones. Todos decían lo mismo: tú no estás dormido, esta es la realidad. El doctor, la consulta, todo eso es el sueño. Te has engañado para pensar que esto es el sueño pero no. Fue un recurso psicológico que te ayudo a sobrellevar esta absurda situación. Me desperté, no lo podía creer. Seguía en la construcción, en medio del cataclismo, solo pero acompañado.

Mejor voy a dejar de escribir esto y me voy a tirar hacia el abismo, se ve confortable, se ve lóbrego he insondable...

Informe #1192-LAR-09 de D.I.E.A.

El paciente fue encontrado ahogado en los canales de Venecia. Su paradero fue desconocido por semanas. Después de una búsqueda incesante, pudimos dar con el cuerpo sin vida del señor Colombo con un cuaderno insertado en su garganta, que contenía lo que podemos apreciar como sus últimas impresiones del relato onírico. Lamento no haber dado mejor seguimiento al experimento, pero podemos ver que las píldoras de inducción tuvieron un efecto excelente. Pero no son para usarse en las mismas cantidades con cualquier paciente. Mi recomendación es hacer cálculos precisos por sujeto. Los hallazgos fueron de la más alta atención y creo prudente el avance con los demás pacientes, puede que encontremos la puerta que estamos buscando.

Fiodor Tartini. Subdirector Técnico del área de Parapsicología y Análisis Psiquiátrico de D.I.E.A.

12/08/2014